Hay caminos que no llevan
a ninguna parte.
Hay caminos que llevan al
abismo.
Pero hay un solo camino
que te lleva a la vida eterna.
Los dos primeros son como
una autopista, son amplios, puedes circular a 100 ,200 o 250 k/hr, pero llegas
muy pronto a tu destino.
El tercero es angosto,
sinuoso, con pendientes y bajadas, lleno de dificultades, obstáculos, difícil
de transitar y terminar, pero es el único que te lleva a Jesús.
Tomar los dos primeros
caminos cualquiera lo hace, pero para transitar el tercero no cualquiera se
atreve, pues se necesita valor. Escrito
esta: "El reino de los cielos se hace fuerte y solo los valientes lo
arrebatan".
Hay personas que son como
una ola, donde todas sus partículas (de la ola) que la componen crean un
sistema uniforme, sin aristas o desigualdades, por eso es que una partícula diferente (solida) es
rechazada, apartada, pues rompe la continuidad y deshace la ola; pero la ola la
arrastra el mar y el viento, y se desvanece en la arena de la playa o choca
contra las rocas y se rompe, desaparece.
Pero las partículas
diferentes, solidas, se agrupan y forman estructuras fuertes, rocas, un cuerpo,
el cuerpo de Cristo.
Se valiente y atrévete a
andar contra-corriente.
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