jueves, 5 de noviembre de 2020

¿Se acaba la era Trump? ¿Cómo será un gobierno de Joe Biden? Acá te lo explico todo a detalle

Desde hace tiempo vengo advirtiendo que Donald Trump perdía la presidencia de los EEUU a manos de los demócratas, en este caso, a manos de Joe Biden.  pues bien, eso parece ser un escenario muy probable luego de que el representante demócrata lleve hasta el momento 264 de los 270 votos electorales necesarios para declararse triunfador; Donald Trump lleva contabilizados hasta el momento solo 214. 


Como he dicho, no es que Joe Biden gane la contienda electoral, en realidad es Donald Trump el que la pierde debido a su mala administración de la economía, de la pandemia y, sobre todo, de la guerra comercial y tecnológica emprendida contra china, y contra el resto de los socios comerciales de EEUU. 

Ante este negro panorama uno se pregunta: ¿Cómo será una presidencia de Joe Biden? 

En primer lugar, Joe Biden es un político de carrera, mientras que Donald Trump es solo un empresario convertido en político improvisado con un curso intensivo de 4 años, 4 años que desgraciadamente no le alcanzaron para entender los hilos de la política y, sobre todo, de la geopolítica y economía internacional. 

De esta manera tenemos que el todavía presidente de los EEUU con su política internacional agresiva solo ha cosechado derrotas, además de un aislamiento internacional para EEUU; que si bien, como dije desde un principio, hay que reconocerle que no inició nuevos conflictos militares, no obstante, con el rumbo que estaba llevando la guerra comercial ese conflicto bien podría haberse transformado en una guerra caliente, sobre todo por el tema Taiwán. 

En el caso de Joe Biden, veo muy improbable que continúe esta política agresiva de EE.UU. contra china, sobre todo porque ya se vieron los malos resultados de esta estrategia, con lo que podemos esperar que distienda esta mala relación con el gigante asiático. 

Por lo tanto, podemos esperar un levantamiento gradual de sanciones, tanto de parte de EEUU contra china, como a la inversa.  asimismo, podemos esperar que el tema Taiwán poco a poco regrese a la situación imperante antes de Donald Trump, es decir, que Washington vuelva a aceptar la política de una sola china, política anteriormente reconocida por la Casa Blanca. 

En cuanto a Irán, también es probable que se vuelva a una situación anterior a la administración de Donald Trump, o al menos a algo más relajado que la actual política agresiva de EE.UU. contra el país persa.  No creo se busque un nuevo acuerdo nuclear, pero al menos no se intentará aplicar el embargo de armas decretado por el actual presidente estadounidense, esto con el fin de mejorar la imagen internacional de la Unión Americana.   No olvidemos que el ex presidente demócrata, Barak Obama, fue el artífice del acuerdo nuclear con Irán. 

En cuanto a Israel, no creo haya gran cambio, y las políticas implementadas por Donald Trump con toda seguridad se quedarán, como lo es el traslado de la embajada de EEUU a Jerusalén y el apoyo a la normalización de relaciones diplomáticas entre los diferentes países árabes con Tel Aviv. 

Con respecto a México, creo que las tensiones por temas migratorios tenderán a relajarse, no así en temas de comercio, es decir, se intentará presionar al gobierno azteca para que acepte un nuevo acuerdo energético que favorezca a los empresarios estadounidenses y canadienses, pero falta por ver si el gobierno mexicano cederá a las presiones o se mantendrá firme en la defensa de los recursos naturales del país azteca. 

Con respecto a Rusia, pienso que la situación permanecerá más o menos igual a la actualidad, quizá un poco más ríspida, sobre todo en cuanto a la carrera armamentística se refiere, y, sobre todo, creo se seguirá presionando para que el gasoducto ruso Nord Stream 2 no culmine exitosamente; pero igual que con México, pienso que el presidente ruso es un gran estratega y sabrá como sortear los obstáculos para que finalmente se termine de construir el gasoducto y se logre concluir los demás proyectos pendientes de Rusia, proyectos tales como la abertura de nuevas rutas comerciales a través del Ártico. 

En cuanto a Europa, estimo que las relaciones tenderán a normalizarse y los amagos de una disputa comercial finalmente desaparecerán. 

Con respecto a América latina, creo que es en esta región del mundo donde el imperialismo norteamericano tomará nuevo impulso y se buscará a toda costa tumbar el gobierno bolivariano de Venezuela, así como presionar a los diferentes gobiernos progresistas, tales como los de Bolivia y argentina. 

Finalmente, me gustaría hacer mención del discurso anti china de la actual administración norteamericana, y es que, no es que solo se trate de un mero discurso geopolítico, pues en realidad se está utilizando como una herramienta de campaña electoral.   

Así es, Donald Trump utilizó el tema chino para asustar al electorado ignorante norteamericano, asustándolos con que con Joe Biden EE.UU. se volvería comunista y que los chinos invadirían Norteamérica, es decir, que los invadirían económicamente hablando, pero esto es a todas luces una gran mentira.  En primer lugar, china no es comunista, es más, el comunismo en realidad ya no existe en el mundo, lo más cercano a ello es el régimen norcoreano, pero ni ellos son completamente comunistas.  En segundo lugar, para que china tome el control de la economía estadounidense pasarán todavía algunos años más, y eso va a ser solo el resultado de la misma dinámica de la economía global, no de que los chinos quieran implantar un régimen comunista en Norteamérica.   

En otras palabras, si bien es cierto que china desde hace años ya es la primera potencia económica a nivel global, el declive de la economía estadounidense es solo responsabilidad de ellos mismos, es decir, de los estadounidenses; esa situación no es más que la consecuencia lógica del desgaste del modelo económico norteamericano, de su política monetaria agresiva y de su derroche de recursos, derroche más que nada realizado para mantener a sus fuerzas armadas imperialistas y su consumismo desenfrenado.  Porque no olvidemos que cada dólar emitido, es un dólar más de deuda pública, y EE.UU. no se cansa de emitir más deuda para mantener vivo a su enorme ejército, que si bien es enorme, también es extremadamente ineficiente; es como un gigante torpe, un gigante que consume muchos recursos pero que a la hora de la verdad resulta poco efectivo debido a la mala coordinación entre sus diferentes miembros; es como un gigante borracho, o como una aspiradora de billetes; y eso es lo que ha llevado a la ruina a la economía de EE.UU. y no sus rivales comerciales, pues ellos solo están haciendo su trabajo, trabajo realizado con más lógica y coherencia que lo hecho hasta ahora por Washington. 

Y es que, al tener una línea de crédito ilimitada, es decir, al poseer la imprenta de los dólares, fácil se les hace imprimir más dólares cada vez que necesiten comprar más aviones, tanques o cualquier otro armamento, o simplemente, cada vez que se les pegue la gana a sus políticos.  esa situación me recuerda a arabia saudita, país que pese a ser la quinta nación que más gasto militar hace, aun así, no puede vencer a uno de los países más pobres del orbe y con el gasto militar más pequeño del mundo.  lo mismo pasa con EEUU, pues pese a ser el país que más recursos gasta en su ejército (y con mucho), no es capaz de vencer a países pequeños como Afganistán o siria, y eso se debe a la mala administración y a la mala planeación, así como a la pésima coordinación entre sus diversos elementos.  Y así como sucede con su ejército, también sucede con su economía, y eso es lo que los está llevando a la ruina y no china, china solo está haciendo su trabajo y está llevando el bienestar a su pueblo, mientras que EE.UU. va totalmente por el camino contrario. 

Y esta situación es la que trató de utilizar Donald Trump para ganar más votos, pues los trató de asustar, y en muchos casos lo consiguió, con la supuesta amenaza china; pero la realidad es que la raíz de sus males está dentro de sus mismas fronteras, y no es otra que sus malos gobernantes y un consumismo desenfrenado de la sociedad norteamericana, consumismo que finalmente les está pasando la factura.  No por nada EEUU es la nación más endeudada del mundo, y por mucho, tan solo cuenten cuantos dólares hay circulando alrededor del planeta, y como lo vuelvo a repetir, cada dólar imprimido, es un dólar más de deuda para el gobierno y pueblo norteamericano.

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