23 de marzo de 2015 — Jin Liqun, secretario general del secretariado interino del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAAI) dijo ayer que se espera que para el 31 de marzo unas 35 naciones pudieran ser miembros fundadores del BAII y que el nuevo banco va a tener la aprobación de sus accionistas para duplicar su capitalización a $100 mil millones de dólares. Simultáneamente, el gobierno de Obama trata frenéticamente de recuperarse de la censura y el ridículo de que ha sido objeto en todo el mundo por su campaña para tratar de parar el apoyo creciente a la iniciativa del BAII de China.
El Wall Street Journal publicó hoy un artículo histérico de su columnista sobre finanzas internacionales, Ian Talley, quien cita fuentes identificada y anónimas del gobierno de Obama que "proponen que el banco trabaje en asociación con las instituciones de desarrollo respaldadas por Washington, como el Banco Mundial". Debido a que Obama "enfrenta el desafío de sus aliados", que se están uniendo masivamente al BAII, a pesar de las torcidas de brazos y las amenazas de la Casa Blanca, Obama ahora propone un "cofinanciamiento" entre el BAII y el aparato del FMI/Banco Mundial/Banco de Desarrollo Asiático (BDA).
Lo que esto significa lo dejan bien en claro las fuentes del gobierno citadas en el Journal:"el enfoque colaborativo está diseñado para orientar al nuevo banco hacia los objetivos económicos de las principales economías del mundo y evitar que se convierta en instrumento de la política exterior de Pekín". Cita a Nathan Sheets, subsecretario para Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro de EU quien dijo: "los proyectos de cofinanciamiento con instituciones existentes como el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo Asiático van a contribuir a garantizar que se mantengan la alta calidad y las normas comprobadas en el tiempo".
Y por si esto no fuera lo suficientemente claro, Talley detalla que implican estas "normas de alta calidad": "Asegurar que las normas de las nuevas instituciones estén diseñadas para evitar una acumulación insalubre de deuda, abusos de los derechos humanos y riesgos ambientales... El nuevo banco de China corre el riesgo de fomentar desconfianza con EU y crear una gran cantidad de asuntos sociales y económicos. También podría ayudar a subsidiar los intereses corporativos chinos. La falta de transparencia en la administración del nuevo banco podría generar sospechas, por ejemplo, sobre si Pekín va a utilizar su financiamiento para desarrollar puertos de agua profunda en los puertos estratégicos que pudieran albergar la Armada creciente de China. [!] El prestarle a países sin ninguna consideración sobre si sus gobiernos pueden pagar los préstamos podría sembrar las semillas de futuras crisis financieras. [!] Las inversiones en presas que requieren la relocalización masiva de poblaciones podrían, sin las salvaguardas adecuadas, provocar abusos en los derechos humanos. Dado que la economía de China se desacelera más rápido de lo esperado, el país enfrenta una creciente capacidad de producción de partes de repuesto. Las inversiones en infraestructura podrían ayudar a aliviar algo de este exceso de capacidad, a la vez que ofrecería altos rendimientos sobre valores por miles de billones de dólares a bajas tasas de interés de bonos del Tesoro de EU".
Obviamente los chicos de Wall Street de Obama están en pánico, pero el dragón se salió de la bolsa.
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