El Pentágono prueba un misil hipersónico con éxito por primera vez después de innumerables fallos, pero lo mantuvo en secreto para no escalar la tensión con Rusia
Por primera vez y después de múltiples fallos, el Pentágono ha probado con éxito un misil hipersónico de la compañía de defensa norteamericana Lockheed Martin. Según fuentes del Departamento de Defensa norteamericano, la prueba tuvo lugar a mediados de marzo.
La CNN informa que los militares estadounidenses decidieron mantener esta prueba en secreto para “evitar escalar las tensiones con Rusia mientras el Presidente Joe Biden estaba a punto de viajar a Europa” en su visita a Bruselas y Polonia. Para evitar posible malentendidos, EEUU también canceló este viernes una prueba de su nuevo misil balístico intercontinental Minuteman III, que estaba programada antes de la invasión.
El test se realizó días después de que Rusia usase el Kinzhal (daga en español) contra Ucrania, un misil balístico de corto alcance — que no es un misil de crucero hipersónico — lanzado desde un MiG-31 modificado. En teoría, el Kinzhal puede maniobrar para evitar ser interceptado por las defensas antimisiles norteamericanas. La prueba del misil estadounidense no fue una respuesta a ese ataque porque, aseguran fuentes oficiales, el test estaba programado desde mucho antes del uso del Kinzhal.
Qué han probado
El misil hipersónico de Lockheed pertenece al programa Hipersonic Air-breathing Weapon Concept (HAWC) de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA en sus siglas en inglés) del Pentágono, la institución responsable de algunos de los mayores avances tecnológicos militares y civiles de la historia, de los GPS a la misma internet.
Hay varias compañías dentro del programa pero este prototipo — un misil de crucero capaz de volar y maniobrar a más de Mach 5 usando el aire como oxidante del combustible una vez alcanza esa velocidad hipersónica — ha sido diseñado y construido por el gigante aeroespacial estadounidense, la compañía de defensa más grande del mundo.
Después de varios fallos, el misil se lanzó con éxito desde un bombardero B-52. La primera fase del misil es un motor químico convencional que acelera el arma hasta Mach 5, cinco veces la velocidad del sonido. Esta velocidad es necesaria para garantizar el flujo de aire necesario para la siguiente fase de propulsión. En ese momento, el misil arranca su motor ‘scramjet’ para seguir acelerando. El motor comprime el aire y lo mezcla a alta presión con un hidrocarburo, quemando la mezcla resultante y expulsando el gas a una velocidad superior a Mach 5. El HAWC de Lockheed Martin no tiene cabeza explosiva sino que utiliza el poder de su fuerza cinética para destruir su objetivo con gran precisión.
Según el Pentágono, la misión fue un éxito y el misil voló a casi 20 kilómetros de altura durante 300 millas a velocidad hipersónica. No han difundido el tiempo de vuelo para no desvelar la velocidad de la máquina, que es por el momento secreta.
La carrera hipersónica comienza a igualarse
Este misil HAWC es un arma de última generación, según EEUU. El Kinzhal ruso no es un misil hipersónico como el HAWC, sólo una variante de una tecnología antigua: el misil balístico de corto alcance Iskander, que puede estar armado con cabeza explosiva convencional — como la usada en Ucrania — o nuclear.
Pero Rusia afirma tener dos tecnologías hipersónicas ya operativas: el Tsirkon y el Avangard. Según el Pentágono, el Tsirkon es un misil de crucero de vuelo hipersónico como el HAWC que, si es cierto lo que dice Rusia, ya está en producción en serie. El planeador hipersónico nuclear Avangard es un vehículo de reentrada hipersónica capaz de realizar maniobras evasivas envuelto en una nube de plasma producto de la fricción por la velocidad. Así puede burlar los sistemas de defensa estadounidenses. Es un planeador similar al recientemente probado con éxito por China, un arma confirmada por el propio Departamento de Defensa nortemericano y otras agencias internacionales.
Hasta ahora, EEUU se había mantenido inexplicablemente por detrás de China y Rusia después de liderar el vuelo hipersónico desde mediados del siglo pasado, un segmento que abandonó y que los rusos y chinos retomaron porque entendían — correctamente — que podría ofrecerles una ventaja táctica y estratégica.
Equilibrio estratégico
Cuando EEUU decidió volver a desarrollar estas armas, las pruebas fallidas se sucedieron mientras chinos y rusos seguían sorprendiendo con un éxito tras otro. El último fracaso ocurrió el pasado mes de diciembre, pero aquí ya hemos informado de otros, que además fueron particularmente vergonzosos porque los fallos ocurrieron durante etapas básicas que ni siquiera permitieron probar los propios vehículos hipersónicos.
Ahora, esta nueva prueba parece demostrar que EEUU está de nuevo en carrera. El congreso norteamericano ha decidido arrancar su propio motor hipersónico para inyectar dólares en una competición que, según dicen, es vital para mantener un equilibrio estratégico. La lógica es que, si China, y Rusia tienen un ventaja estratética y táctica, occidente no tendrá capacidad de maniobra contra esas potencias. El objetivo de EEUU es igualar o superar la capacidad de chinos y rusos y, a la vez, desarrollar nuevos sistemas de defensa capaces de parar estas armas supuestamente imparables.
Desgraciadmanete, el argumento en contra es que esa igualdad tampoco tendrá un efecto disuasorio, como se ha demostrado en la invasión de Ucrania. ¿Si la igualdad actual en capacidad destructora nuclear táctica y estratética no ha detenido la sed de poder ni la brutalidad de Putin y sus fuerzad militares — que saben que EEUU y la OTAN nunca jugaran esa carta — de qué sirve tener igualdad en estas nuevas armas hipersónicas? La respuesta obvia — a no ser que EEUU se saque de la manga un sistema antimisiles 100% infalible — es que tampoco servirá de nada. El único camino es el desarme pero, obviamente, esto también es imposible. El mundo se vuelve a meter en un callejón sin salida pero, al contrario que durante la Guerra Fría, la doctrina nuclear rusa ha cambiado y los ataques nucleares están ahora justificados.
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