Así es, la capacidad de adaptarse de Rusia ha sorprendido tanto a extraños, como a propios; porque recordemos que tan solo unos días después de iniciarse las hostilidades en Ucrania, el presidente norteamericano, Joe Biden, decía que habían lo grado arruinar la economía rusa y dejado al rublo en escombros; pues, según él, el rublo se había devaluado hasta llegar a las 200 unidades por cada dólar estadounidense, cuando en la realidad nunca fue así, y lo más bajo que llegó a caer la moneda rusa fue a 130 rublos por cada dólar norteamericano.
Cuando el
presidente estadounidense vociferaba estas palabras, lo hacía desde el
fondo de sus entrañas; es decir, lo decía solo motivado por el odio y el
rencor, pues ni siquiera era objetivo en sus declaraciones al dar
cifras incorrectas y a todas luces tendenciosas; él hubiera querido que
esto se hubiese hecho realidad, sin embargo, no fue así. Y realmente lo
creía, y lo creían los demás, pero resultó que Rusia es mucho más fuerte
de lo que pensaban, y no solo eso, sino que su peso en la política y
economía mundial es mucho más profundo de lo que ellos suponían; de ahí
el por qué el presidente gringo haya dicho que habían dejado a la
economía rusa en ruinas y al rublo en escombros, pues pensaban que
realmente llegaría a hacerse realidad.
Pero, !oh, sorpresa¡, el
rublo no solo se recuperó, sino que se revaluó frente al dólar y al
euro hasta niveles que no se veían desde el año 2017, pues cuándo el
inicio del conflicto en ucrania, se cotizaba en 83 unidades por dólar
estadounidense, pero después de las medidas económicas tomadas por Moscú
para contrarrestar las sanciones occidentales, el rublo llegó a cotizar
en hasta 56 rublos por cada dólar, una revaluación del 25% con respecto
a la que mantenía hasta antes del inicio de la guerra en ucrania.
Y
esta recuperación espectacular de la moneda rusa, así como de la misma
economía rusa, no solo es debido a las medidas tomadas por Moscú, si no
que, principalmente, es debido a la enorme importancia que tiene Rusia
en la escena mundial.
Así es, el enorme peso político que tiene
Rusia en la política internacional y en la toma de decisiones, le ha
permitido esquivar las sanciones occidentales de manera efectiva al
encontrar nuevos mercados para sus productos de una manera súper rápida;
tanto así que el petróleo y el gas que hoy no quieren en la unión
europea y en los EEUU, está encontrando salida en los mercados asiáticos
y africanos, pues estos países se han negado a sumarse a las sanciones
antirrusas decretadas por EEUU y la Unión europea.
Y sí se han
negado, no solo es porque Rusia les venda su petróleo y gas con un
descuento adicional, sino que, más bien, la principal razón de por qué
estos países se han negado a seguir a EEUU, es porque consideran a Rusia
como un actor fundamental en el orden internacional y, por lo tanto, no
lo pueden, ni lo quieren, ignorar y, mucho menos, sancionar; porque si
lo sancionan, solo se habrán echado de enemigo a la primera potencia
militar del mundo, así como a un actor de primera línea en la toma de
decisiones políticas a nivel global, pues su poder de convocatoria es
enorme, y además tiene aliados muy importantes, aliados que pueden hacer
la vida muy difícil a cualquiera que se posicione contra ellos. Y
estos aliados de Rusia no son otros mas que la primera potencia
económica del planeta, china, así como otros importantes actores
políticos y económicos regionales, tales como Irán, La India, Venezuela,
cuba, corea del norte y los países de la Unión Económica Euroasiática;
países que en conjunto conforman un bloque económico muy fuerte, pues
sus representantes son unos de los principales productores de materias
primas, energía, petróleo y gas, así como de alimentos, a nivel global.
¿Y
que creen?, esta enorme potencia económica del bloque euroasiático
depende en gran medida de la capacidad de distribución y logística que
tiene Rusia, pues es a través de sus oleoductos y gasoductos que se
distribuye gran parte de los recursos producidos en la región, productos
que van a parar a los países de la unión europea, así como a los países
de Asia, Eurasia y el sudeste asiático.
Y recordemos que la
región del mundo con el mayor índice de crecimiento económico es
precisamente la región del sudeste asiático, con países como la misma
china, La India, corea del sur, Japón, malasia, Vietnam, Singapur,
Taiwán, etcétera. Pues bien, la distribución de las materias primas, así
como de la energía y petróleo, pasan en gran medida a través del
control de Rusia, ya sea a través de sus oleoductos y gasoductos, así
como de su territorio y del territorio de sus aliados, o a través de sus
buques mercantes y sus empresas de logística marítima.
Por otro
lado, desde hace años se viene pensando en abrir una nueva ruta
comercial a través del polo norte y que cruzará por todo el norte de
Rusia; situación que no haría más que consolidar el poder político de
Rusia, así como su poder económico, pues esta nueva ruta permitiría a
las navieras ahorrar hasta un 40% en gastos de combustible y de
logística, pues esta ruta sería mucho más corta que la ruta que pasa por
el sudeste asiático y por el canal de Suez para llegar hasta Europa; o
la ruta que atraviesa todo el océano pacífico y cruza a través del
canal de Panamá para alcanzar la costa este de América y la costa oeste
de África, así como el continente europeo.
Pero la importancia
de Rusia no solo se limita a la producción y distribución de gas y
petróleo, sino que también es un actor importante en muchos otros
sectores estratégicos de la economía mundial, tales como es el caso de
los gases nobles, gases que son esenciales para la industria
electrónica, así como en la producción de microchips y semiconductores;
y, asimismo, son importantísimos en otros muchos sectores, sectores
tales como la producción de lámparas eléctricas, entre otros muchos usos
que se les da a estos gases.
Pero Rusia también es un primer
actor mundial en lo que se refiere a la producción y distribución de
alimentos, así como de fertilizantes. Razón por la cual muchos países
no pueden darse el lujo de sancionarlos; tal como es el caso de los
países africanos y de muchos otros países asiáticos.
Todos estos
factores son los que ignoraron los estadounidenses y europeos al
momento de enfrentarse a Rusia, y creyeron que con solo sancionarlos
lograrían aplastar su economía y su moneda; sin embargo, nunca tomaron
en consideración el enorme peso político y económico que tiene hoy Rusia
en el mundo actual; de tal manera que nadie siguió sus sanciones contra
Moscú, más que sus lacayos tradicionales, es decir, la unión europea ,
los países miembros de la OTAN, así como los países miembros del G7; Sin
embargo, nadie más en el mundo les siguió, y no solo no les siguieron,
sino que inclusive afianzaron aún más sus lazos políticos y económicos
con Rusia, tal como fue el caso de China, la India, Irán, Venezuela y
algunos otros países africanos y americanos.
Pero estas
sanciones occidentales contra Rusia más que hacerle daño a los propios
rusos, les están haciendo más daño a ellos mismos, sobre todo a los
países miembros de la unión europea, pues debido al veto que pretenden
hacer al gas, petróleo, carbón y fertilizantes rusos, así como a sus
alimentos, ahora se encuentran en una situación muy delicada, pues sin
estos productos rusos sus respectivas economías se verán muy
perjudicadas porque sus industrias se verán muy afectadas, y en algunos
casos, paralizadas, tal como es en el caso de la industria química
europea, empezando por el gigante alemán del sector, la empresa BASF.
Y
lo más gracioso del asunto es que no hay quien pueda sustituir a Rusia
como proveedor de estos productos; así que, si finalmente vetan a los
productos rusos, sus respectivas economías se verán paralizadas, y ni el
tío Sam podrá venir a salvarles.
Por otro lado, Rusia es uno de
los países menos endeudados del mundo, pues su deuda pública solo
representa el 14% de su producto interno bruto, mientras que en el caso
de, digamos, EEUU, su deuda pública sobrepasa el doble de su producto
interno bruto.
Así que, esta última ofensiva de EEUU y sus
lacayos para tratar de evitar que Rusia pague los intereses de su deuda
externa al vetarlos del sistema financiero occidental, no hará gran daño
a Rusia, pues, como lo vuelvo a repetir, su deuda pública solo
representa el 14% de su producto interno bruto; y lo que es aún más
importante, la deuda con entidades extranjeras solo representa el 3% del
total.
Así que, aunque EEUU logre evitar que rusia pague su deuda denominada en dólares y euros, esta solo representa el 3% de la deuda total de Rusia; en todo caso, el problema principal sería para los acreedores más que para Rusia. Y aunque las calificadoras de riesgos financieros declaren finalmente a Rusia en default técnico, esto no afectará de manera importante a las finanzas rusas, pues, como lo vuelvo a repetir, su deuda externa representa solo el 1%, o menos (el 3% del 14%), de su producto interno bruto; además, Rusia no se está negando a pagar, así que si los acreedores quieren cobrar, lo pueden hacer perfectamente a través de un acuerdo bilateral y pueden ir directamente a Rusia por su dinero; o, en todo caso, pueden cobrar en rublos a través de instituciones financieras internacionales, con lo que, no solo estarían cobrando su dinero, sino que lo estarían multiplicando al cobrarlo en la moneda que ha tenido el mejor rendimiento en todo este año, con lo cual su dinero estaría aumentando de valor.
Por otro lado, el pago de la deuda rusa en rublos no hará más que seguir fortaleciendo a la moneda rusa, cosa que se supone tratan de evitar los gobiernos occidentales; pero, como siempre, son unos burros y miopes y en vez de perjudicar a Rusia, terminan perjudicándose a ellos mismos; es como dice el refrán, el tiro les salió por la culata y les pegó en la cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario