El triunfo de Alberto Fernández en las elecciones devuelve al peronismo al poder en Argentina en un momento en el que el país vive una grave crisis económica.
La victoria de Fernández, que goza del apoyo de la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015), que supone el regreso del peronismo al poder, ha sido celebrada por varios Gobiernos de América Latina y lamentado por otros, en especial los aliados de EE.UU. como Brasil.
El resultado de las elecciones presidenciales de Argentina creó un dolor de cabeza político para la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, que había intentado formar una fuerte alianza regional de líderes latinoamericanos para presionar a los Gobiernos de Venezuela y Cuba y así impedir el crecimiento de la inversión china.
El fracaso de Macri ha sido más llamativa, ya que se produce menos de cuatro semanas después de que el secretario de Gobierno estadounidense, Mike Pompeo, en su viaje a Buenos Aires, capital argentina, alabara su “liderazgo” y esperara que “otros países sigan el ejemplo de Argentina”.
El mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, apodado “el Trump brasileño”, evitó felicitar la victoria de Fernández y lo llamó “bandido rojo”, mencionando que los votantes argentinos “eligieron mal”.
Antes de celebrarse las votaciones argentinas, Bolsonaro había amenazado a Argentina como Estado miembro del Mercosur (Mercado Común del Sur) de ponerle barreras comerciales si Fernández asume el poder.
“Nosotros sabemos que el regreso de la gente del Foro de San Paulo y de Cristina Kirchner al Gobierno argentino puede, sí, poner en riesgo a todo el Mercosur. Y si posiblemente pone en riesgo todo el Mercosur, repito, posiblemente, tienes que tener una alternativa en el bolsillo”, declaró el pasado miércoles Bolsonaro en Tokio, capital japonesa.
Asimismo, el dirigente brasileño había afirmado que podría juntarse con Paraguay y Uruguay con el objetivo de aplicar sanciones comerciales en el caso de que regrese el proteccionismo en Argentina.
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