miércoles, 30 de octubre de 2019

Los suministros de gas ruso a Puerto Rico dejan al descubierto el engaño más popular de EEUU



Todas las conversaciones acerca del potencial de EEUU de competir con Rusia en el ámbito gasístico de Europa no tienen nada que ver con la realidad, opinan varios expertos entrevistados por Sputnik.

El buque cisterna Catalunya Spirit con el gas natural licuado ruso procedente del proyecto Yamal LNG debería haber llegado este 30 de octubre a Puerto Rico. Este territorio no incorporado de EEUU se sitúa a tan solo unos 1.770 kilómetros de la isla de Elba (Georgia, EEUU) que cuenta con instalaciones capaces de organizar exportaciones de gas natural licuado estadounidense a Puerto Rico.

Además, la llegada de esta nave se realiza después de que la Administración Trump exhortara en repetidas ocasiones a que Europa disminuyese su dependencia de los suministros rusos. El director del Instituto de Energía Nacional, Serguéi Pravosúdov, comenta a Sputnik que el gas ruso no habría sido tan peligroso para Washington, si Rusia hubiera tenido otra Administración que le gustara a Washington.

"Sin embargo, todos entienden perfectamente que EEUU no tiene suficientes reservas de gas para poder satisfacer necesidades de otros mercados. Por ello, todas las habladurías sobre la peligrosa dependencia de Europa del gas ruso son infundadas. Este solo es un discurso político y hay un negocio real", explicó.

El politólogo ruso y docente de la Universidad Financiera del Gobierno de Rusia, Leonid Krutakov, comparte la opinión de su colega y agrega que hoy en día no puede existir ningún tipo de competencia entre Rusia y EEUU en el mercado gasístico global.

"El país norteamericano experimenta un déficit de energía y utiliza el gas solo para satisfacer necesidades internas. EEUU no puede organizar suministros de combustible azul para fines industriales", destacó.

En este contexto todos los envíos, de los que informan varios medios de comunicación, no son otra cosa que un tipo de táctica de relaciones públicas utilizada por EEUU, según el experto. Como resultado de la política de expansión cuantitativa, Washington imprimió una gran cantidad de dólares no apoyados por bienes y la industria energética es la herramienta que puede ayudarle a llenar este vacío, considera Krutakov.

"Es uno de los métodos más fáciles para crear activos adicionales", explicó el interlocutor de la agencia.

Además, el experto destacó que hoy en día EEUU busca crear otro mercado gasístico que le permita influir en la tarificación del combustible azul. Anteriormente el mercado gasístico global dependía del petróleo: si el precio de petróleo variaba, cambiaba el del gas. Ahora, tiene su propio mecanismo que determina los precios.

"EEUU no es competidor para Rusia y nunca va a competir con el país euroasiático en el ámbito gasístico. Es imposible vender el gas natural licuado sin experimentar pérdidas masivas de estos hidrocarburos durante su transporte y adquirir petróleo, que es relativamente más caro que el combustible azul. No es un negocio beneficioso", aseveró.

Hablando de pérdidas, Krutakov se refirió al hecho de que durante el proceso de licuefacción el producto acabado suele perder casi un 30% del volumen inicial de gas. Además, cuanto más larga sea la ruta para exportarlo, por ejemplo a través del Atlántico, más volumen de GNL se evapora, porque su transporte suele realizarse bajo temperaturas superbajas.

A este respecto, el experto considera que todas las conversaciones sobre el potencial de suministro del gas estadounidense se basan en una idea absolutamente inviable en la que Washington hizo creer a todos sus socios. Hasta la fecha, EEUU no ha organizado suministros regulares de gas tal y como lo habían podido hacer Rusia, Catar e Irán, que exportan su combustible azul a todas partes del mundo.
"Es un engaño, (…) es un juego con cotizaciones bursátiles y nada más, un juego a gran escala, pero muy hermoso", concluyó.

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