Apocalipsis Capítulo 11
1 Entonces me fue dada una caña semejante a una
vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y
a los que adoran en él. 2 Pero el patio que
está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a
los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.
3 Y daré a mis dos testigos que profeticen por
mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.
Aquí esta hablando de que la ciudad de Jerusalén en su parte este, sera
entregada a los palestinos. Sera esta la forma en que se lograra un
pacto de paz entre Israel y Palestina, promovido por el Anticristo o
primera bestia. Israel concederá a Palestina la independencia,
cediendo los territorios ocupados y el este de Jerusalén. Palestina
sera reconocida como estado independiente por la ONU. Israel
reconstruirá el Templo en su parte, que comenzara desde el muro de las
lamentaciones hacia el oeste. Jerusalén sera por capital a los dos
estados: Israel y Palestina. Esta paz solo durara 3 años y medio.
Cuando se firme el tratado de paz, Dios enviara a sus dos testigos, que
profetizaran en contra del Anticristo, por los tres años y medio que
dure la paz. Posteriormente se le permitirá a la bestia matarlos.
Estos dos testigos probablemente sean Enoc y Elias, por que ellos no
murieron, fueron arrebatados al cielo.
4 Estos testigos son los dos
olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.
5 Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la
boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe
morir él de la misma manera. 6 Estos tienen
poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y
tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra
con toda plaga, cuantas veces quieran. 7 Cuando
hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra
ellos, y los vencerá y los matará. 8 Y sus
cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se
llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.
Los dos testigos fieles serán muertos y sus
cadáveres exibidos en la plaza principal de Jerusalén, frente al templo,
en la parte este, del lado de Palestina.
Y los de los pueblos, tribus, lenguas y
naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean
sepultados. 10 Y los moradores de la tierra se
regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros;
porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra.
11 Pero después de tres días y medio entró en
ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y
cayó gran temor sobre los que los vieron. 12 Y
oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en
una nube; y sus enemigos los vieron. 13 En
aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó,
y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se
aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo.
Son muertos los testigos, y la gente del
mundo se alegra, los que están del lado de Palestina, (sentimentalmente y
físicamente en su territorio), y también todos los que recibieron la
marca de la bestia. Los dos testigos permanecen muertos tres días y
medio, y resucitan. Son llevados al cielo en una nube, haciendo una
alegoría a la ascensión de nuestro Señor Jesús Cristo cuando partió al
cielo.
15 El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo
grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de
nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.
16 Y los veinticuatro ancianos que estaban
sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y
adoraron a Dios, 17 diciendo: Te damos gracias,
Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has
tomado tu gran poder, y has reinado. 18 Y se
airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y
de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen
tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la
tierra.
19 Y el templo de Dios fue
abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo
relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.
Después de la muerte de los dos testigos, comienza el juicio sobre las
naciones y los moradores de la tierra, tanto vivos como muertos.
Así mismo es el momento de repartir galardones a los que se mantuvieron
fieles a su palabra, igual tanto vivos como muertos. Jesús toma
posesión de su reino, con gran gloria y poder. Se prepara la ultima
gran guerra en contra de su majestad Cristo Jesús.
Son castigados todos los que atentaron
contra la creación de Dios (naturaleza), con sus fabricas y sus
desperdicios, y los que disfrutaron haciendo mal a la tierra. Los que
destruyeron los bosques y mares por avaricia y codicia. Los que
contaminaron los suelos por hambre de poder y los que contaminaron la
vida con modificaciones genéticas. También los que mataron y
torturaron por placer la vida animal y vegetal.
Después de esto hay un gran terremoto nuevamente, y caen grandes bolas de hielo del cielo.
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