Este procedimiento de poner fin al proceso globalizante ya arrojaba indicios desde hace años, estimó el especialista en conversación periodística con el canal noticioso de Tabasco, México, XEVT. Lo que hizo Ucrania sólo fue agudizarlo y acelerar sus mecanismos de transformación.
Rusia simplemente no puede perder el conflicto militar que sostiene con Ucrania,, además de que su derrota implicaría que luego Occidente avance sus intenciones hasta también debilitar y destruir a China, consideró el internacionalista.
"Ya estamos en la Tercera Guerra Mundial, ¿quién lo va a dictaminar, el INE (Instituto Nacional Electoral), quién? Ya estamos, estamos en un umbral peligroso", sostuvo.
"Más que nada es una guerra híbrida, la primera guerra híbrida mundial, ¿por qué?, porque se da con todos los componentes: propagandísticos, no es nada más la bomba, es militar, es financiera, es económica, es mediática, todo", agregó.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, desea un conflicto prolongado para empantanar a Rusia y descarrilar el liderazgo de su par ruso, Vladímir Putin, según Jalife-Rahme.
Ante el fin de la globalización, el mundo se reacomodará en regionalismos, estimó el especialista, donde países como México se verán obligados a integrarse en una entidad económica definida por Norteamérica, donde será indispensable la presencia de mexicanos en territorio estadounidense.
Jalife-Rahme consideró que, desde una perspectiva histórica amplia, el conflicto entre Rusia y Ucrania es una especie de guerra civil, pues son países con un pasado común cuya última tensión se remonta a 30 años atrás, con la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que las integraba en un mismo proyecto político y territorial.
Después de esos años, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha trabajado en incorporar a países exmiembros del Pacto de Varsovia, un acuerdo militar y político suscrito por Moscú con aliados estratégicos para contener a sus rivales durante la llamada Guerra Fría, advirtió el politólogo y colaborador de Sputnik.
Albania, Alemania del Este, Rumanía, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria y la URSS conformaron el Pacto, disuelto en 1991, mientras que hoy todos sus exintegrantes forman parte de la también llamada Alianza Atlantista.
En el proceso de confrontación con potencias occidentales, observa Jalife-Rahme, Rusia ha perdido la guerra de propaganda en esos países, si bien mantiene simpatías en el resto del mundo, que concentra las mayorías poblacionales del planeta, con aliados clave como China.
El internacionalista consideró que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha demostrado ser un foro multilateral obsoleto, pues todos los miembros permanentes de su Consejo de Seguridad tienen armas nucleares y facultad de veto, además de que sus resoluciones no han podido hacer una política efectiva en cuestiones como el embargo que sostiene Estados Unidos contra Cuba desde la década de 1960.
Además, acusó a Washington de promover durante años y mediante miles de millones de dólares la desestabilización de Ucrania para colocar un Gobierno favorable a sus intereses en Kiev, lo que ha generado el descontento ruso porque misiles instalados en territorio ucraniano podrían alcanzar Moscú en cuestión de segundos.
Publicado en 1997, el libro del analista estadounidense de origen polaco Zbigniew Brzezinski, El gran tablero mundial, establecía que Rusia y Ucrania asociadas podían constituir un imperio, mientras que sin el segundo país el primero sería únicamente una potencia regional, recordó Jalife-Rahme.
Bajo esta premisa de dividir para debilitar su potencial político es que Estados Unidos conduce sus criterios estratégicos entre ambos países desde hace décadas, acusó el analista.
El politólogo Alfredo Jalife-Rahme también cuestionó las versiones del Gobierno de Biden sobre el despliegue de espías rusos en México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario