Un analista de historia y economía ha evaluado el impacto que tendrán las sanciones occidentales a gran escala contra las economías tan grandes como la rusa y advirtió que estas medidas pueden provocar cambios significativos y dolorosos en el sistema financiero mundial.
"Los líderes occidentales están acostumbrados a utilizar sanciones contra países pequeños, sabiendo que los costes para ellos mismos serán pequeños. Así que tienen poca experiencia y poca comprensión real de las consecuencias de las medidas verdaderamente duras que se aplican contra las grandes economías con vínculos globales", escribió el profesor asociado de la Universidad de Cornell, Nicholas Muilder.
En su análisis publicado en Foreign Affairs, cita el ejemplo de las sanciones contra Siria, Birmania o Venezuela que si bien afectó de sobremanera a estos países, el impacto global fue pequeño incluso si se observa el caso de Irán.
"Las sanciones de EEUU contra Irán tuvieron que imponerse con mucha cautela para no provocar trastornos en los mercados del petróleo", recordó.
Agregó que las sanciones repercuten en varios niveles a la vez: los efectos indirectos en los Estados y mercados vecinos, el efecto multiplicador de la retirada de inversiones del sector privado, el efecto de escalada en forma de medidas de represalia contra Moscú y los efectos sistémicos en la economía mundial.
En opinión del analista, no se pueden imponer sanciones a un país como Rusia sin tener una política compensatoria, y EEUU es consciente de ello, pero no está haciendo lo suficiente para frenar las consecuencias de las sanciones. A ello se suma la difícil situación que atravesó el mundo antes de los acontecimientos en Ucrania y con sus sanciones, Occidente no ha hecho más que agravar el panorama.
"Por muy poderosa y justificada que sea la determinación de Occidente de detener a Putin, los responsables políticos deben reconocer el hecho de que una ofensiva económica total supondría una importante presión sobre la economía mundial", insistió Nicholas Muilder.
El analista concluyó que "la era de las sanciones sin coste, seguras, indoloras y predecibles ha terminado" y que ahora el mundo deberá afrontar sus consecuencias.
Varios países occidentales activaron sanciones individuales y sectoriales contra Rusia después de que el presidente Vladímir Putin firmara el 21 de febrero los decretos sobre el reconocimiento de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y tres días más tarde se anunciara el lanzamiento de una operación militar especial en Ucrania con el fin de atender la solicitud de ayuda que hicieron ambas Repúblicas para frente a la agresión por parte de Kiev.
El Ministerio de Defensa ruso aclaró que los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica ucraniana.
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