Una de las razones fundamentales por las que Rusia decide exigir pagar en rublos los suministros de gas que compran los países europeos es poner contramedidas ante el conjunto de sanciones impuestos por la Unión Europea y EEUU contra Moscú.
"Yo creo que esto responde a una decisión estratégica del Kremlin de encarar un nuevo tipo de orden fiofinanciero de relaciones comerciales y financieras con actores asiáticos fundamentalmente: Pakistán, la India, China, en donde la posibilidad de comerciar entre las propias monedas sea uno de los puntos centrales para dejar de depender de la omnipresencia del dólar en los intercambios comerciales y financieros internacionales", precisó el experto.
Según Gustavo Lahoud, la influencia comercial de Rusia en la región centroasiática está ligada a la posibilidad de que estos mecanismos de pagos vayan más allá de la dependencia del dólar y puedan consolidarse con el tiempo.
"La decisión rusa se enmarca por un lado en una visión de largo plazo destinada a frenar la dependencia del comercio internacional del uso del dólar y así tratar de debilitar las sanciones financieras en dólares que la UE y EEUU puedan imponer sobre Rusia. Esto tiene que entenderse en el contexto de la aceleración de la crisis que tiene su epicentro en Ucrania, pero que está ligada a todo el conjunto de avances que desde la OTAN, EEUU ha intentado consolidar sobre un espacio de seguridad relativa fundamental para Rusia", subrayó Gustavo Lahoud.
En su opinión, Europa no está en condiciones de ir muy lejos en las sanciones antirrusas ya que en un 40% depende de los envíos de gas que provienen de Rusia para que su propia economía funcione. Asimismo, un tercio de las importaciones de petróleo y más del 40% de carbón provienen desde Moscú.
"Los tres hidrocarburos fundamentales todavía en el diseño de las políticas económicas, comerciales e industriales de Europa provienen en una alta proporción de Rusia. Por ende hay una limitante muy importante para que este escenario de sanciones que los europeos y estadounidenses están pensando se imponga en el sector energético ruso" señaló.
De acuerdo con el experto, la propia presión de EEUU se vio muy debilitada ante la evidencia de que los intereses vinculados a los hidrocarburos son de muy difícil tratamiento en cuanto a los compromisos que hoy Europa tiene.
"Le resulta muy difícil a Europa, sobre todo a Alemania, desandar los compromisos comerciales que tiene con Rusia. Más allá de lo que ha pasado con el Nord Stream 2 que por ahora ha sido suspendido en su aprobación por la presión de EEUU, pero uno estima que esto podría llegar a revisarse en el futuro", indicó Gustavo Lahoud.
Agregó que no se debe subestimar el escenario actual y hay que tomar en cuenta una perspectiva a largo plazo en la cual Rusia está tratando de generar otra esfera de intereses comerciales y energéticos cuyo centro de gravedad fundamental es el centro de Asia hacia el Lejano Oriente, pensando en un gran actor que es China, nación con la que hay acuerdos comerciales y energéticos muy relevantes firmados ya hace más de cinco años y pueden consolidarse incluso con el comercio en propias monedas.
"La realidad ante la que estamos es muy compleja, este es un mundo que está yendo en transición hacia un multipolarismo y Ucrania hoy es el eje de esa disputa profunda de fondo. Lo cierto es que lo energético figura como un condicionante más para la UE que para Rusia y más allá de los intereses de EEUU de tratar de introducir su gas natural licuado o lograr que la UE baje las importaciones energéticas de Rusia. Esto es muy difícil que se pueda lograr sin avanzar en la dinámica de conflicto que nos lleve a escenarios desconocidos", concluyó.
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