Y todo esto pasa pese a todas las medidas tomadas por el gobierno norteamericano, así como por la Reserva Federal (la Fed), para tratar de detener la debacle de la economía estadounidense; medidas tales como la mega flexibilización cuantitativa (emisión masiva de nuevos dólares) que se está llevando a cabo para rescatar a bancos y empresas en problemas financieros, que son prácticamente todas, así como para dar una renta universal a todos los trabajadores estadounidenses actualmente desempleados, pues recordemos que a día de hoy hay más de cinco millones de desempleados en ese país, rompiendo de esta forma la cifra de desempleo más alta en toda la historia de EEUU.
Recordemos que el presidente norteamericano, Donald Trump, así como la reserva federal, anunciaron la inyección de capital hasta por tres billones de dólares al sistema financiero estadounidense, dinero que se va a emplear para comprar deuda estadounidense, es decir, bonos del tesoro norteamericano, así como para comprar títulos de empresas que se encuentren en problemas financieros y que estén al borde de la banca rota.
De esta manera se piensa dar marcha a un mega programa de nacionalización (compra) de empresas y bancos que ya no tengan salvación y sean inviables económicamente, tales como la empresa aeronáutica Boeing y las automotrices Tesla, Ford y General Motors, así como a los mayores bancos de EEUU, tales como el JP Morgan Chase y el Goldman Sachs.
De esta manera tenemos que EEUU ya esta en el precipicio y solo es cuestión de tiempo para que colapse definitivamente; y ahora no habrá poder humano, ni billetera tan grande, que pueda detener esta caída.
No por nada ahora somos testigos de cómo Wall Street liga su trimestre más desastroso en toda su historia, pues así de desastrosas están las finanzas de sus principales empresas y bancos.
Es por esto por lo que el gobierno estadounidense se plantea apoyar la economía familiar dándoles un bono de 1000 a 2000 dólares mensuales a cada trabajador estadounidense que se vea obligado a dejar de trabajar por la emergencia.
Cabe aclarar que, según analistas, cuesta algo así como 35 mil dólares en el sector de salud pública de EEUU atenderse para resolver el problema que ya todos conocen. Y esto es así como el sistema de saludo público estadounidense está hecho un desastre y se ha ha privatizado.
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