miércoles, 1 de abril de 2020

Por esto podría morir AMLO: Obrador advierte que no salvará a ricos, solo a los pobres

Desde que empecé este blog, y el proyecto de canal de YouTube, les he venido hablando de como los gobiernos han estado utilizando los recursos públicos, es decir, el dinero del pueblo, para salvar de la quiebra a millonarios y banqueros.

Así es, en México tenemos un mal recuerdo, muy malo, de lo que se hizo con el llamado FOBAPROA (Fondo Bancario de Protección al Ahorro). Este instrumento financiero fue creado por la élite política mexicana para salvar a sus amigos empresarios, y para salvarse ellos mismos, pues se consideraban a sí mismos como “empresarios”. De esta manera, este fondo de cobertura se creó con dinero público en el año de 1990.

Es decir, este fondo de cobertura ante crisis económicas fue creado solo 4 años antes de que se presentara el colapso total del sistema bancario y financiero mexicano debido a un muy mal manejo y administración de los bancos, así como a prácticas criminales y fraudulentas que se realizaban en los mercados bursátiles donde se vendían y se compraban instrumentos financieros extremadamente especulativos, así como derivados sobre derivados. Es decir, este crash bursátil en México del año 1994 se debió precisamente a causa de la especulación financiera extrema, de tal manera que se crearon montones de derivados, así como a que se otorgaron infinidad de créditos de alto riesgo. O sea, por un lado, se hicieron transacciones extremadamente especulativas en los mercados bursátiles y, por otro, se concedieron montones de créditos extremadamente riesgosos.


Recordemos que en esa época estaba la moda de las tarjetas de crédito, tarjetas que se daban a diestra y siniestra a cualquier persona sin importar su historial crediticio y aunque no pudieran demostrar solvencia económica como para poder afrontar un crédito. También en esa época se otorgaban créditos hipotecarios y automotrices a cualquier persona o entidad moral sin importar el riesgo financiero.

De esta manera se llegó a un colapso del sistema financiero mexicano debido a la voracidad de estos banqueros que querían obtener las mayores ganancias posibles sin importarles que sus operaciones las estaban realizando en activos altamente riesgosos, y sin importarles si sus clientes podían pagar eventualmente los créditos que se les daban.

Y estos banqueros actuaban de esa manera porque tenían la cobertura, es decir, la promesa, de que el estado mexicano les salvaría eventualmente de la bancarrota llegado el caso. Pues, como lo repito, cuatro años antes se había creado el famoso FOBAPROA precisamente previendo una situación como esta; y claramente este instrumento financiero conocido como FOBAPROA se creó expresamente para salvarlos a ellos llegado el caso. De esta manera se les dio vía libre para que actuaran como quisieran pues sabían que a final de cuentas el estado mexicano llegaría a su rescate; situación que se dio precisamente cuatro años después.

Pero aquí lo curioso es que a los banqueros y empresarios se les salvó sin tener que pagar ninguna consecuencia por ello, y todavía se les compró sus bancos y empresas (se nacionalizaron) a un excelente precio, absorbiendo además el estado todas sus deudas malas y créditos incobrables.

Es decir, el estado compró todos estos bancos y empresas que estaban en quiebra debido a la voracidad de sus dueños, adquiriendo además todos sus compromisos financieros; es decir, el estado mexicano absorbió todos esos créditos impagables y todas esas deudas de esas empresas y bancos y todavía se las compró a sus antiguos dueños a precio de mercado; en vez de que estos sujetos fueran a la cárcel por su avaricia desmedida y rapaz voracidad, todavía se les premió comprándoles sus empresas y bancos a precio de mercado como si estas no estuvieran ya quebradas.

El gobierno debió llevarlos a juicio y no darles nada por sus propiedades, propiedades que ya no valían nada pues estaban endeudados hasta el cuello. De esta manera se debió haber rematado todo y con ese dinero pagar a los clientes de estos bancos y a los ahorradores regresarles su dinero, así como pagarles a los proveedores de estas empresas.

Pero no, el gobierno compró todo lo que estaba en problemas con dinero público, y todavía les pagó a sus antiguos dueños.

Pero, además, y quizá esto fue lo peor, el estado mexicano posteriormente volvió a privatizar todo el sistema bancario anteriormente nacionalizado (después del crash del 94) a precio de ganga, con lo que el estado perdió más de la mitad del dinero que utilizó previamente para salvar a estas empresas y bancos; bueno, más bien para salvar a sus antiguos dueños.

Además, con esta privatización del sistema bancario mexicano el estado perdió toda posibilidad de servir como garante del desarrollo científico e industrial de México, pues estos bancos volvieron a manos de buitres deshumanizados que solo están esquilmando al pueblo de México; pues recordemos que estos bancos, como el Santander, Citibank, HSBC, BBVA, etcétera, y en general todos los bancos en México, cobran comisiones desorbitadas, comisiones que en sus países de origen no cobran y, además, no ofrecen ningún interés a los ahorradores (cosa que si ofrecen en sus países de origen).

Esta situación por supuesto ha frenado el desarrollo de México, pues estos bancos en vez de servir como un instrumento de crecimiento económico se convierten en un freno, pues además de que cobran altas comisiones y de que no ofrecen ningún interés a los ahorradores, tampoco ofrecen créditos a un interés justo a los pequeños y medianos empresarios, y mucho menos a los nuevos emprendedores. De esta manera, estos bancos en vez de servir como un instrumento de desarrollo económico se convierten en un freno para el mismo.

Y es que, debido a los intereses cero, e inclusive negativos, que ofrece el banco central a los “banqueros”, es que a estos ya no les interesa otorgar créditos a los pequeños y medianos empresarios, o al ciudadano común, para poder acceder a un crédito hipotecario o automotriz justo, o para cualquier otra cosa. Y esto es así porque esos intereses cero, o negativos, les da la posibilidad a estos banqueros y empresarios de acceder a dinero prácticamente gratis, dinero que utilizan para especular en las bolsas de valores o para comprar a la competencia y así crear enormes oligopolios, concentrando con ello la riqueza en menos manos, mientras que a los pobres se les hace aún más pobres debido a la emisión masiva de este nuevo dinero, dinero que por supuesto devalúa la moneda y, con ello, reducen el poder adquisitivo del ciudadano común; pues recordemos que este nuevo dinero que se les da a los banqueros y empresarios cuando llega a sus manos aún conserva su valor, pero conforme se filtra hacia abajo, o sea, al sistema financiero nacional e internacional y de ahí al ciudadano de a pie, este tiende a perder valor, de tal manera que cuando llega al hombre de la calle este ya ha perdido gran parte de su valor a favor de los grandes empresarios y banqueros internacionales.

Pues bien, este círculo vicioso es el que desea romper Andrés Manuel López obrador con su último anuncio: Él dice que él no va a rescatar a los ricos, sino solo a los pobres; es decir, él dice que no va a rescatar a los grandes  bancos y empresas sino que el dinero se le dará al pueblo y ya no a los ricos para que estos se salven a sí mismos y a sus negocios; salvación que no consiste en otra cosa más que en nacionalizar nuevamente sus negocios con dinero del pueblo, negocios que a día de hoy ya están completamente quebrados, tal como lo estaban en el año de 1994; rescate que entonces se realizó a través del famoso FOBAPROA.

No olvidemos que, y yo desde hace años se los vengo advirtiendo, actualmente los gobiernos de todo el mundo se preparan para salir al rescate (nacionalización) de infinidad de empresas y bancos; rescate, o nacionalización, que se volverá a hacer con dinero del pueblo, tal como México hizo en el año de 1994, y los demás países lo hicieron en el crash bursátil del 2008. Aunque en el año 2008 no hubo tanta nacionalización, sí se rescató a empresas y bancos otorgándoles créditos preferenciales y comprando su cartera vencida, así como sus activos tóxicos. Cartera vencida y activos tóxicos que pasaron a manos de los gobiernos, es decir, del estado, o sea, se convirtió en deuda pública.

Estos rescates se hicieron mediante la flexibilización cuantitativa, flexibilización cuantitativa que no es otra cosa que la emisión masiva de nuevo dinero; dinero que se intercambió por bonos soberanos, es decir, por bonos del estado. En otras palabras, el gobierno se volvió a endeudar para rescatar a estos bancos y empresas, deuda que consistió en la emisión de bonos soberanos, bonos que el banco central cambió por nuevo dinero y este dinero es el que se utilizó para salvar a estos empresarios y banqueros.

En este punto hay que hacer una aclaración: Los bancos centrales no son bancos del gobierno, no, en realidad son bancos privados, y así es desde el año de 1913, en el caso de EEUU, pues fue justo en ese año cuando se creó el Banco de la Reserva Federal (Fed), banco que en realidad es un banco privado y, por lo tanto, el mayor acreedor de EEUU es precisamente la Reserva Federal, y después de ellos está China y luego Japón.

Así que no se crean que al imprimir nuevos dólares la Reserva Federal son solo papelitos que imprime EEUU y nada más; no, la realidad es que estos nuevos billetitos de color verde en realidad es nueva deuda para EEUU; porque en realidad no los imprime el gobierno de EEUU, sino que los que los imprimen son realmente los bancos privados de la Reserva Federal, dinero que se intercambia por bonos del tesoro de los EEUU, bonos que por supuesto se tienen que pagar eventualmente, además se tienen que pagar a un cierto interés.

Pues bien, esto es precisamente lo que intenta romper Andrés Manuel López obrador; es decir, él no quiere crear nueva deuda para dársela a los empresarios y banqueros; no, ahora él dice que no se salvará a ellos, sino que ahora se salvará solo al pueblo y, por lo tanto, se dejará quebrar a los bancos y empresas y se les juzgará y se les rematarán sus propiedades para con ese dinero pagar a sus acreedores y para devolverle su dinero a los ahorradores (en el caso de los bancos).

De esta manera Andrés Manuel López Obrador se convierte en el primer presidente mexicano verdaderamente nacionalista en muchas décadas. Quizá el primero desde la revolución mexicana, pues ni siquiera Lázaro Cárdenas fue tan nacionalista como López obrador, pues la nacionalización del petróleo mexicano fue más bien un resultado de la segunda guerra mundial y las circunstancias que la rodearon más que un logro de Lázaro Cárdenas.

Quizá otro gran nacionalista, desconocido y humillado, fue el golpista Victoriano Huerta, pues aparentemente este dio el golpe de estado para evitar los malos tratos en prejuicio de México que pretendía firmar el entonces presidente del país azteca Francisco í Madero con las autoridades estadounidenses. Es decir, Francisco Madero negoció los tratados que posteriormente fueron conocidos como los tratados de Bucareli. De la huerta desconoció estos tratados y por eso dio el golpe de estado, sin embargo, a los pocos años también fue derrotado y su sucesor (Álvaro Obregón), sí firmó los nefastos tratados de Bucareli, tratados que negoció previamente Francisco í Madero.

Pues bien; además de que Andrés Manuel López obrador a su vez desconoció estos tratados de Bucareli, también ahora dice que no utilizará dinero del estado para salvar a empresarios y banqueros y que, en todo caso, a los únicos que se salvará será al pueblo.

AMLO: “Rescataremos al pueblo, no a los de arriba”

El mandatario reiteró que no se hará lo que se hacía en pasadas administraciones: requerir al FMI ante cada crisis.

Debido a la crisis económica que se prevé en el país y la caída del precio del petróleo, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) afirmó que su gobierno rescatará al pueblo, pero sobre todo se protegerá “a los débiles, a los desposeídos, a los pobres, a los pequeños”.

El mandatario reiteró que no se hará lo que se hacía en pasadas administraciones cuando se presentaba una crisis económica financiera y se recurría a pedir prestado al Fondo Monetario Internacional (FMI) y se pedía a la ciudadanía a apretarse el cinturón.

“Le decían a la gente ni modo, que había que apretarse el cinturón y venían los aumentos en precios de combustibles y otras medidas que afectaban la economía popular; ahora es proteger a la economía popular, sobre todo proteger a los débiles, a los desposeídos, a los pobres, a los pequeños”

“Vamos a rescatar al pueblo, esto también que se vaya entendiendo, porque hay algunos que a lo mejor están pensando que los vamos a rescatar, a los de arriba, con idea de esa peregrina, sofisma, de que si le va bien a los de arriba les va a ir bien a los debajo; que, si llueve fuerte arriba, gotea abajo.

“No, eso ya no aplica, la riqueza no es contagiosa, no es permeable, tenemos que procurar que haya una distribución equitativa del ingreso”, refirió el titular del Ejecutivo federal durante su conferencia de prensa de este martes.

Luego de que ayer se realizó la declaratoria de emergencia, el presidente pidió apoyo y solidaridad a los empresarios para que paguen los salarios completos a sus empleados que deberán de resguardarse.

Debido a que se contempla que el resguardo de la población sea hasta el 30 de abril, López Obrador planteó a los integrantes de la iniciativa privada que paguen los salarios completos, pues es una forma de ayudar a que la gente tenga la seguridad de un salario para las siguientes semanas y pueda quedarse en sus hogares.

Fobaproa

El Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) ha sido un fondo de contingencia creado en 1990 por el Estado de México en vistas a superar los problemas financieros extraordinarios. No obstante, en 1998 fue sustituido por el IPAB, Instituto para la Protección al Ahorro Bancario.

La creación del Fobaproa ha sido uno de los acontecimientos políticos y financieros más escandalosos de la historia mexicana porque el poder ha salvado sus malos manejos a coste de los contribuyentes mexicanos.

La historia oficial dice que tras una batahola de crisis económicas que recaían en falta de liquidez del sistema bancario, es que surge el Fobaproa. De esta manera, si existiese una crisis financiera el Fobaproa serviría para asumir las carteras vencidas y capitalizar a las instituciones financieras (evitar corridas bancarias, o al menos sus efectos).

Después de 1994 cuando la crisis económica más grave de la historia contemporánea mexicana se desató, las tasas de interés se dispararon causando el sobre endeudamiento de las empresas y familias y el cese de pagos por parte de los deudores.

Ante el peligro, el Gobierno Federal aplicó el Fobaproa para absorber las deudas, capitalizar el sistema financiero y garantizar el dinero a los ahorristas. Para realizar esto, se calculó un total de pasivos del Fobaproa en 552.000 millones de dólares que fueron canjeados por pagarés ante el Banco de México.

Simultáneamente, se implementó el Programa de Capitalización y Compra de Cartera (PCCC) que inducía a las instituciones a aportar capital cuando la situación esté dentro de la insolvencia. A través del PCCC, los bancos transfirieron los derechos de cobro al Fobaproa a cambio de un instrumento de pago a su cargo con garantía del Gobierno Federal.

Estos instrumentos del Fobaproa vencieron en 2005 y 2006, y estaban atados a la tasa de interés Cetes y la tasa de interés Libor.

Cronología de Fobaproa

1990 Se crea el Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro) bajo la argumentación del la falta de liquidez del sistema bancario el gobierno de Carlos Salinas de Gortari da vida a este fondo de contingencia para enfrentar problemas financieros extraordinarios bajo la excusa de las posibles crisis económicas que propiciaran la insolvencia de los bancos por el incumplimiento de los deudores con la banca y el retiro masivo de depósitos, el Fobaproa serviría para asumir las carteras vencidas y capitalizar a las instituciones financieras.

1991 Reprivatización de la banca para reducir los gastos de la administración e involucrar a la iniciativa privada en el proceso productivo, fueron vendidos 18 bancos.

Diciembre 1994 estalla la crisis económica con inflación, tipo de cambio sobrevaluado, déficit comercial, endeudamiento externo, reducción de las reservas internacionales y especulación desmedida en el marcado de valores desembocan en la devaluación del peso y un alza en las tasas interés. Como consecuencia se reflejaron retiros masivos de capital por la desconfianza hacia las instituciones de crédito por lo que los bancos dieron visos de insolvencia y se temió el colapso financiero.

1995 se aplica el Fobaproa para absorber las deudas ante los bancos, capitalizar el sistema financiero y garantizar el dinero de los ahorradores. Los pasivos del Fobaproa ascendieron a 552000 millones de pesos por concepto de cartera vencida que canjeó por pagarés ante el Banco de México. Dicho monto equivale al 40% del PBI de 1997, a las dos terceras partes del Presupuesto de Egresos para 1998 y el doble de la deuda pública interna. También se crea el Programa de Capitalización Temporal (Procapte), un instrumento alternativo para sanear el sistema financiero con el acceso rápido y en mayor volumen de capital extranjero y recuperar la solvencia de los bancos.

1996 se crea Ucabe (Unidad Coordinadora para el Acuerdo Bancario Empresarial) que sirvió de aval para el rescate bancario y benefició a 54 empresas por un monto de 9700 millones de dólares.
Marzo 1998 el Ejecutivo Federal envía al Congreso de la Unión un paquete de cuatro iniciativas para crear un marco legal que reduzca las posibilidades de una nueva crisis bancaria y propuso la creación del Fondo de Garantía de Depósito (Fogade), instancia que protegería el dinero de pequeños y medianos ahorradores e involucraría al Poder Legislativo en la tarea de supervisar los bancos.

Ahora bien, lo cierto es que ha sido una de las maniobras más escandalosas porque los banqueros salvaron sus “malas” finanzas y se enriquecieron gracias al visto bueno de la clase política. La aplicación del Fobaproa ha sido uno de los flagelos más crueles que ha sufrido la economía mexicana ya que las finanzas públicas siguen sufriendo esas consecuencias.

A través del Fobaproa, el Gobierno Mexicano rescató a los bancos, comprando basura financiera como créditos incobrables lo que llevó a incrementar el costo fiscal del rescate a cambio de la reducción de las pérdidas de bancos, accionistas o grandes deudores que podían pagar sus créditos pero los transfirieron al Fobaproa.

Por lo tanto, el Estado compró a los banqueros la cartera de créditos incobrable y “fraudulenta”, con un agravante, los accionistas de los bancos no perdieron sus inversiones, y además, han recibido un tratamiento favorable a futuro.

Según Alejandro Nadal, “el rescate por medio del Fobaproa no hizo responsables a los accionistas de los bancos. Al contrario, fueron premiados por el mal manejo de su cartera de créditos. Además, al remplazar su cartera mala con pagarés (con una prima de dos puntos porcentuales sobre la tasa de Cetes y con intereses capitalizables) se les quitó todo incentivo para recuperar los créditos malos. Y como el Fobaproa no estaba preparado para esta operación, no se recuperó ni la mitad de lo que prometió el gobierno de Zedillo del total de activos asociados a la cartera comprada”. “El Fobaproa no distinguió entre préstamos fraudulentos y la cartera que legítimamente se había convertido en cartera vencida”.

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