En las últimas semanas, analistas políticos e investigadores estratégicos de varios bandos, han repetido evaluaciones políticas de que el conflicto ucraniano conducirá a un nuevo orden mundial y multipolar, ¿Alguien lo duda?
La respuesta es sí, además podemos añadir; ¿Alguna superpotencia ha renunciado a sus ganancias sin verse obligada a hacerlo? Por derrota desde afuera, como sucedió con el Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial y la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, o por derrota desde adentro, como sucedió con la Unión Soviética, o por un desequilibrio general en el balance de poder y el dominio de una nueva potencia mundial, y quizás más, como sucedió con Gran Bretaña después de la Segunda Guerra Mundial.
Aquí, debemos enfatizar que todo esto no sucedió por la “inevitabilidad” histórica, sino por el trabajo sobre el terreno de manera objetiva y acumulada; mediante la alianza de potencias con un interés común para el cambio requerido.
¿El conflicto en Ucrania nos presentará un escenario que “inevitablemente” dará como resultado un nuevo orden mundial? ¿Es suficiente la victoria de Rusia sobre Ucrania para que esto suceda? ¿O el resultado deseado requiere también una victoria sobre EEUU? ¿y cómo es esto?
Desde que comenzó la guerra contra Siria, y en los últimos 11 años, siempre hemos dicho que el mundo está ante un nuevo tipo de guerras, en las que se están reclutando milicias extranjeras de todo el mundo para desempeñar un papel excepcional en los conflictos. Se arma el interior y se traen voluntarios o mercenarios desde afuera para participar en las batallas, sin la injerencia de los ejércitos regulares.
Los medios coloniales occidentales, reclutados y reclutadores, y los canales satelitales tienen un papel clave en la fabricación y falsificación de hechos, en la orientación de la opinión pública, y añádase a esto el uso de sanciones económicas coercitivas para sofocar al Estado objetivo.
Hoy, somos testigos de todas estas medidas contra Rusia, que se enfrenta al continuo avance de la OTAN hacia sus fronteras, con el objetivo de asfixiarla, debilitarla y disminuir su papel, tanto a nivel mundial como europeo. Además, hemos presenciado, en las últimas semanas, nuevas medidas estadounidenses e internacionales que tendrán un impacto notable en los conflictos venideros, en las relaciones internacionales, económicas, políticas y posiblemente legales, y esto vinculado, en gran medida, a los resultados de esta situación, no solo en Ucrania, sino también a la repercusión de sus consecuencias para América y Europa, porque este problema no es entre Rusia y Ucrania, sino entre Rusia y la OTAN, en el territorio de Ucrania.
Las repercusiones esperadas de la operación militar especial en Ucrania
Primero: ya no cabe duda de que la Organización de las Naciones Unidas es incapaz de detener un conflicto antes de que estalle, o incluso de mediar entre las partes. Esto fue posible en el pasado a la luz de un equilibrio de poder internacional entre dos polos. Hoy, la ONU se ha convertido en un instrumento obediente al servicio de un orden unipolar. De ahí que el interés de los pueblos oprimidos, a quienes les robaron su determinación y soberanía, radica en restablecer los equilibrios internacionales, para que estos pueblos tengan su lugar bajo el sol. A partir de aquí, es necesario moverse para reconstruir un bloque internacional llamado “Organización de Países No Alineados”, que sea una fuerza de peso internacional que no permita el dominio de una potencia internacional que lleva al mundo de una guerra a otra, para lograr sus intereses a expensas de los pueblos. Esta es la tarea de India, Egipto, Pakistán, Venezuela, Argelia y muchos otros países, y es posible.
Segundo: el uso de las sanciones económicas y el sistema de transferencias financieras, SWIFT, como arma por parte de Washington en una medida que nadie esperaba contra Rusia, ha puesto al mundo ante un gran desafío representado en la necesidad de crear nuevos sistemas internacionales para transferir fondos entre bancos, lejos del mencionado sistema y del dólar, que podría traer una catástrofe económica para EE.UU.
Tercero: el mundo entero está observando los tipos de armas nuevas utilizadas en esta guerra, así como las tácticas militares y la importancia del control del espacio para gestionar batallas y apuntar a sitios sensibles. ¿Estaremos en los próximos años, ante una carrera armamentista o desarrollar nuevos tipos de armas, más precisas y letales que las actuales?
Cuarto: antes, cada quien interpretaba el derecho internacional de acuerdo con sus propios intereses, pero el futuro puede ser testigo de cambios textuales en el derecho internacional, las reglas de la guerra, el significado de la soberanía de los Estados y el concepto de amenaza de la seguridad nacional como razón legítima para hacer la contienda. No es permisible descartar nuevos acuerdos internacionales que impidan la prohibición de transacciones financieras con una de las partes de los conflictos bélicos, porque las llamadas “sanciones”, que EE.UU ha impuesto durante los últimos años a cualquier parte a la que apunta, se han convertido en castigos para los socios del Estado sancionado.
Lo que hemos presenciado, hasta ahora, bajo el régimen unipolar, especialmente en las últimas semanas, son los males de este orden, y una flagrante violación de la soberanía de los Estados y pueblos al obligarlos, mediante la amenaza, a tomar posiciones en las que no tienen ningún interés o apoyar a un partido en contra de otro.
En cuanto a las cambios esperadas, no son “inevitables” en tal o cual dirección, sino que están relacionadas con los resultados de la guerra de Ucrania, teniendo en cuenta que no se trata de un problema entre Rusia y Ucrania, sino entre Rusia y la OTAN, y sobre el papel de Ucrania para sofocar a Moscú en el curso del avance estadounidense para evitar que restaure su papel internacional.
¿Cuál es el papel de los pueblos oprimidos en el cambio del orden internacional actual?
En este conflcito, Rusia quizá gane, pero su victoria no significa necesariamente el colapso de los EEUU, su renuncia de la política de arrogancia y el uso de la fuerza o la intimidación contra los pueblos débiles para lograr sus objetivos, tampoco un nuevo orden mundial.
El triunfo de Rusia puede ser temporal, pendiente de otra batalla que Washington librará contra Moscú en otros lugares. Entre los escenarios trazados por la Casa Blanca está la prolongación de la situación en los próximos años, y esto no es del interés de Rusia y sus aliados. El verdadero interés de Moscú es su rápida victoria y hacer de Ucrania un país neutral en los conflictos internacionales, lo que no permitirá que la OTAN avance hasta las fronteras rusas.
En cuanto a los pueblos que sufren de la arrogancia estadounidense, también les interesa acabar con el régimen internacional unipolar, y esto solo sucederá incorporándose a los esfuerzos rusos por derrotar a la OTAN.
Los pueblos bajo la ocupación de EE.UU. o de sus aliados, como Siria e Irak, deben actuar con todos los medios disponibles para resistir esta hegemonía; ahora, es una excelente oportunidad.
Cuando Estados Unidos se percate de los movimientos populares e internacionales en su contra en todas partes, debe retirarse de los lados para reunir sus fuerzas en el centro, como lo hizo Gran Bretaña en vísperas y durante la Segunda Guerra Mundial. India se liberó de la ocupación británica sin un solo tiro, porque Gran Bretaña necesitaba reunir sus fuerzas en Europa para defenderse. El régimen del apartheid en Sudáfrica fue desmantelado cuando ya no pudo valerse por sí mismo frente al enojado pueblo africano. Cada movimiento en el terreno contra EE. UU y sus aliados acelera la victoria de Rusia y asegura que esta tendrá grandes repercusiones en el mundo entero. También garantiza que los cambios internacionales redunden en interés de los pueblos que luchan por su libertad, su soberanía y su verdadera independencia.
EE.UU. es débil, lo que significa el establecimiento de un sistema multipolar, con equilibrios internacionales y regionales, no hegemónicos. Significa pueblos fuertes que sean capaces de ejercer su soberanía, libertad y derecho al desarrollo, y luchar contra la corrupción y los corruptos entre los gobernantes protegidos por Washington.
A lo largo de historia, nunca se han visto repercusiones “inevitables”، ya que cada resultado se produce por un esfuerzo diligente y decidido y con grandes sacrificios, no mediante esperar y desear.
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