Un periódico estatal chino pide a EE.UU. que revele información sobre la salud de los atletas militares estadounidenses que vinieron a Wuhan en octubre de 2019.
Los ciudadanos, así como los expertos chinos, exigen a Washington que haga pública la información de los atletas militares estadounidenses que asistieron a los Juegos Mundiales Militares el pasado octubre que tuvo lugar en Wuhan, el epicentro del brote del nuevo virus, y poner fin a la conjetura sobre el origen del patógeno, publicó el miércoles el periódico estatal chino, Global Times.
El informe se publicó después de que un periodista estadounidense, George Webb, afirmara que un atleta militar estadounidense, Maatje Benassi, un piloto diplomático armado y ciclista que estuvo en Wuhan en la fecha para la competencia de ciclismo en los Juegos Mundiales Militares, podría haber sido el paciente cero en Wuhan.
En este sentido, en una publicación del sitio web oficial del Departamento de Defensa de Estados Unidos el 25 de octubre, se ha mencionado que Maatje Benassi ha participado en una carrera ciclista de 50 millas en Wuhan poco antes del brote.
Asimismo, los ciudadanos chinos han estado pidiendo al país norteamericano de analizar a Benassi para y divulgar la información sobre la delegación estadounidense, debido a que aún no se han proporcionado pruebas muy sólidas.
A continuación, Webb citó el laboratorio estadounidense, Fort Detrick, el cual ha sido hasta hace poco el principal centro del programa de armas biológicas del Comando Médico del Ejército de EE.UU. en el estado de Maryland y que en esas instalaciones se estudiaba material infeccioso mortal, como el virus del Ébola y la enfermedad de la viruela, pero fue clausurado abruptamente en agosto de 2019.
Al respecto, el profesor de la Universidad de Asuntos Exteriores de China en Beijing, Li Haidong, precisó al Global Times el martes que el gobierno de EE.UU. debe responder a la controversia y publicar la información relevante sobre el atleta militar estadounidense y su estado de salud para despejar dudas públicas y que nos ayude con estudios científicos sobre el origen del virus.
“Identificar el origen ayudará a desarrollar una terapia efectiva en la enfermedad. Estados Unidos debería proporcionar información a los miembros de la delegación para apoyar la investigación relacionada”, dijo Li.
El Gobierno de EE.UU. no se quedó atrás y afirmó que el nuevo virus es “made in China”, mientras que los científicos globales, incluidos los estadounidenses, no han encontrado pruebas sólidas para probar el origen de la pandemia. Además, son muchos los que opinan que el patógeno es un arma biológica de EE.UU. o Israel para dañar a China, entre otros.
Zhao Lijian, uno de los portavoces del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, aseveró recientemente en su cuenta de la red social Twitter que EE.UU. fue el que comenzó la discusión sobre el origen de la epidemia y utilizó por primera vez “virus chino” para estigmatizar a China, provocando duras críticas por parte de Pekín.
Por su parte, en una rueda de prensa celebrada el pasado miércoles, el asesor médico jefe de China, Zhong Nanshan, rechazó la afirmación generalizada de que el nuevo coronavirus se originara en Wuhan y criticó tales alegatos tachándolos de irresponsables.
“La pandemia de la nueva neumonía por el nuevo patógeno tuvo lugar en China, en Wuhan pero no significa que su origen esté en Wuhan”, afirmó Zhong.
Esta enfermedad mortal ha infectado a 471802 personas en todo el mundo y ha matado a otras 21297.
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