El presidente de EEUU apoyó los planes de Arabia Saudita para expulsar a Rusia de los mercados petroleros aumentando la producción de combustible, informa Politico citando fuentes cercanas a la Administración. No obstante, la brusca caída de los precios del crudo afectó más de lo esperado a los propios productores estadounidenses.
El jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, expresó su posición el 9 de marzo en una conversación telefónica con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman. Según la fuente en la Administración, Trump respaldó los planes de Riad, pero al mismo tiempo pidió que la caída en los precios del petróleo no fuese demasiado drástica para que los productores de combustible de esquisto estadounidenses pudiesen seguir en el negocio.
Sin embargo, como señaló el interlocutor de Político, la caída de los precios dos semanas después de la conversación de Trump con Salman resultó ser tan fuerte que la Casa Blanca fue tomada por sorpresa. "¡Nadie pensó que [el precio del petróleo] cayera tan bajo!", exclamó la fuente.
El Wall Street Journal informó que ahora los funcionarios del Departamento de Energía de EEUU están instando a la Administración Trump a formar una alianza con Arabia Saudí para regular el mercado del oro negro.
Los precios del petróleo se han reducido casi a la mitad desde principios de marzo en medio de la desaceleración de la demanda debido al brote del virus y el fracaso del pacto de producción de la OPEP plus. Rusia propuso prolongar el acuerdo vigente hasta después del 1 de abril, al tiempo que Arabia Saudí planteó una reducción de la producción.
A falta de acuerdo, los saudíes colapsaron los precios del crudo, arrastrando los mercados por todo el mundo. Los mayores afectados resultaron ser los productores estadounidenses, cuya técnica de fracking requiere de significativos gastos y no es rentable con los precios del crudo actual.
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