Este 19 de marzo Rusia celebra el Día del Submarinista. El corresponsal de la edición en ruso de Sputnik, Andréi Stanávov, visitó el submarino polivalente nuclear Severodvinsk, habló con la tripulación y averiguó por qué ciertos países occidentales temen tanto los sumergibles del proyecto 885.
"Rápidos y extremadamente silenciosos": así describen los analistas estadounidenses los submarinos nucleares rusos del proyecto 885 Yasen.
El Severodvinsk o su hermano Kazan puede acercarse fácilmente a 2.000 km de la costa este de EEUU y atacar la tierra, incluidos los Grandes Lagos. De hecho, si el buque, dado su impresionante sigilo, pudiera acercarse a menos de 1.000 km, podría alcanzar Chicago o incluso San Luis", escribió el diario The National Interest en enero de este año.
De acuerdo con los autores, los Yasen "son una amenaza para Estados Unidos".
"Nuestra principal tarea es proteger los portamisiles estratégicos. Si los comparamos con la aviación, son bombarderos pesados, y nosotros somos cazas y aviones de ataque", explicó a Sputnik el comandante del submarino Severodvinsk, capitán de navío Román Sanatarchuk.
"Si el enemigo muestra los dientes, podemos atacarlo con armas de alta precisión: misiles de crucero Kalibr", añadió.
Sin embargo, según el comandante, esconderse de los demás se hace cada vez más difícil: la OTAN está mejorando el sistema integrado de vigilancia antisubmarina, los últimos aviones de patrulla Boeing P-8 Poseidon surcan los cielos cada vez más a menudo. Occidente todavía tiene muy poco conocimiento de las características de los Yasen, por lo que está tratando de mantenerlos bajo un control especial.
De acuerdo con los autores, los Yasen "son una amenaza para Estados Unidos".
"Nuestra principal tarea es proteger los portamisiles estratégicos. Si los comparamos con la aviación, son bombarderos pesados, y nosotros somos cazas y aviones de ataque", explicó a Sputnik el comandante del submarino Severodvinsk, capitán de navío Román Sanatarchuk.
"Si el enemigo muestra los dientes, podemos atacarlo con armas de alta precisión: misiles de crucero Kalibr", añadió.
Sin embargo, según el comandante, esconderse de los demás se hace cada vez más difícil: la OTAN está mejorando el sistema integrado de vigilancia antisubmarina, los últimos aviones de patrulla Boeing P-8 Poseidon surcan los cielos cada vez más a menudo. Occidente todavía tiene muy poco conocimiento de las características de los Yasen, por lo que está tratando de mantenerlos bajo un control especial.
"Se nos teme por algo. Este buque hace muy poco ruido, mucho menos que la mayoría de las competencias extranjeras. Las armas de crucero permiten actuar desde largas distancias, detectamos los objetivos potenciales mucho antes de que se nos detecte a nosotros", señaló el comandante.
Los submarinos de la clase Yasen están armados con minas y torpedos, misiles de crucero Kalibr y también llevan los misiles antibuque supersónicos Oniks.
Además, el submarino pronto se adaptará para los misiles hipersónicos, lo que aumentará considerablemente sus capacidades, agregó Sanatarchuk.
El submarino suele permanecer en el mar durante mucho tiempo. Según el capitán de navío, en un solo año, el Severodvinsk pasó unos 150 días de misiones.
El propulsor nuclear y los sistemas autónomos de soporte vital permiten a los Yasen permanecer en las profundidades durante meses sin que los detecten.
Mientras tanto, el propio submarino puede verlo y oírlo todo perfectamente gracias a una enorme antena esférica del sistema hidroacústico en la proa.
Sin embargo, el arma más importante y secreta del Severodvinsk es su tripulación. Meses de patrullaje permanente bajo el agua requieren una enorme resistencia y eficiencia. Y los submarinistas de la flota rusa cumplen exitosamente su misión.
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