La cadena saudí de televisión Al-Ekhbariya asegura que tales explosiones se han producido debido a la “intercepción y destrucción” de tres misiles balísticos en los cielos de Riad y Jizan por parte de la defensa aérea de Arabia Saudí.
Hasta el momento, ningún grupo o individuo ha reivindicado la autoría de los ataques; no obstante, el régimen saudí ha sido frecuentemente blanco de represalias del Ejército y las fuerzas populares de Yemen, que durante cinco años han estado defendiendo su país ante la brutal agresión de Riad y sus aliados.
En esta misma línea, las fuerzas yemeníes, respaldadas por el movimiento popular Ansarolá, han atacado en varias ocasiones instalaciones vitales de Arabia Saudí, entre ellas, su mayor compañía petrolera, Aramco, en el este del reino árabe.
Los ataques yemeníes con drones contra Aramco, además de hacer colapsar el mercado petrolero mundial, según el diario británico Daily Express, le costaron a Arabia Saudí 500000 millones de libras esterlinas (645000 millones de dólares).
Yemen insiste en que tales bombardeos son una respuesta al derramamiento de la sangre del pueblo yemení y advierte de que, si Riad sigue sus alevosos ataques, las próximas ofensivas de las fuerzas yemeníes serán “más duras y más dolorosas”.
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