viernes, 20 de marzo de 2020

Estados Unidos, ¿el mayor perdedor en la 'guerra' que Arabia Saudí libra contra Rusia?



El desplome de los precios de petróleo ya ha provocado estragos en algunos países que dependen de las cotizaciones del crudo. La negativa de Rusia a ceder ante el chantaje de Arabia Saudí hizo que la moneda nacional rusa sufriera una caída, pero parece que la situación en el país no se verá tan afectada a la larga como en el caso de Estados Unidos.

"El origen de la crisis actual vinculado con la baja de los precios de petróleo sobre todo tiene que ver con el brote del virus que ha estado afectando negativamente la economía mundial. Justo por esta misma razón la demanda de petróleo se ha reducido significativamente", declaró en una entrevista con Sputnik Mamdouh G. Salameh, economista internacional especialista en petróleo y profesor invitado de la ESCP Europe Business School en Londres.

Sin embargo, existe otro factor importante que también está vinculado con la crisis provocada por la propagación de la pandemia. Este factor es la guerra petrolera que lanzó Riad contra Moscú que suscitó el desplome de los precios del crudo. La intención de los saudíes es muy simple, ellos intentan inundar el mercado petrolero mundial, explicó el entrevistado.

Pero Arabia Saudí no puede ganar en esta guerra, aseveró. Es más, el país árabe carece de la capacidad de producción necesaria —12,5 millones de barriles al día— para inundar el mercado, pero asevera con toda seriedad que la tiene.

"Si Riad continúa con esta guerra, eventualmente se convertirá en un perdedor y llevará su economía a la quiebra. Esto es porque tarde o temprano revertirán su decisión igual que lo hicieron en 2014 cuando trataron de inundar el mercado petrolero global. Descartarán su estrategia y lo harán a causa del daño que esta habría ocasionado a su economía", vaticinó.

La industria de petróleo de esquisto de EEUU, frente a una debacle

En las condiciones de la crisis actual el perdedor es la economía global, pero más que todo los dos principales perdedores son Arabia Saudí y la industria del petróleo de esquisto estadounidense. La industria de petróleo de esquisto de hecho es un sector que enfrenta a la quiebra. Esta continúa produciéndose pese a la deuda que sigue creciendo.

"Ahora que el precio del crudo oscila alrededor de 30 dólares por barril esta industria estadounidense no puede sobrevivir ya que incluso cuando el precio giraba alrededor de 60 dólares por barril, no obtenía beneficios. En este sentido va a perder mucho más dinero", puso de relieve Salameh.

Entendiendo la gravedad de la situación, algunas empresas estadounidenses ya solicitaron que el regulador de la industria petrolera de Tejas —el estado con la mayor producción de petróleo en EEUU— autorizara la reducción de la producción. En caso de que la repuesta sea afirmativa, esta será la primera vez desde 1970 que el estado reducirá la producción de este hidrocarburo. Por ahora es difícil de predecir si la medida será efectiva o no.

Mientras, esta industria de EEUU en general continuará produciendo petróleo para pagar sus deudas, algunas empresas reducirán la producción en cierta medida puesto que hoy la producción del petróleo de esquisto está disminuyendo paulatinamente, dijo el experto.

En esta situación la industria del petróleo de esquisto espera que la Administración Trump la rescate con dinero porque esta tiene un valor de siete billones de dólares. La existencia de esta industria es importante también porque preserva muchos puestos de trabajo en Estados Unidos. Además, la producción del petróleo de esquisto mantiene la cuota de EEUU en el mercado petrolero global, junto a Arabia Saudí y Rusia, si bien a niveles menores.

Entretanto, Estados Unidos baraja la posibilidad de introducir nuevo paquete de sanciones contra la Federación de Rusia. La medida supuestamente estaría dirigida a estabilizar la situación en el mercado internacional del crudo, sin embargo, tal paso carece de cualquier lógica en absoluto. La práctica demuestra que las sanciones son poco efectivas.

Según Salameh, EEUU ya ha aprobado una política de sanciones intrusivas contra la economía rusa, pero la gestión rusa liderada por el presidente ruso, Vladímir Putin, ha logrado diversificar bastante la economía rusa a lo largo de los últimos años lo que le permitió no sentir los efectos negativos de las medidas económicas antirrusas. "En pocas palabras, han fracasado", sostuvo.

Nuevas sanciones, en caso de que de verdad sean introducidas, no cambiarían la situación en Rusia porque el liderazgo y la economía del país son fuertes. La economía rusa tiene a su disposición miles de millones de dólares de reservas que pueden permitir que el país aguante tranquilamente incluso si los precios del petróleo se encuentran a un nivel de 25 dólares y será capaz de mantener su economía al nivel debido durante muchos años, pronosticó el entrevistado.

"Al fin y al cabo Rusia surgirá como el ganador en esta situación, mientras Arabia Saudí y la industria del petróleo de esquisto de Estados Unidos serán los grandes perdedores. En otras palabras, Estados Unidos no puede hacer nada por ahora para alterar la situación actual", declaró.

Riad, por su parte, con el tiempo entenderá que la guerra petrolera que actualmente libra contra Moscú lo llevará a la bancarrota. La gente que funge como asesores del príncipe heredero Mohamed bin Salman tiene que entender que la maniobra que fracasó en 2014 volverá a fracasar esta vez también. La solución es revertir esta política y tender la mano de la cooperación a Rusia, concluyó el Salameh.

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