Me explico. La caída brutal en los precios del petróleo podría ser un problema para Rusia, ya que su economía depende en cerca del 30% de la venta de petróleo y gas, pero la realidad es que más que un problema para Rusia, puede significar la hecatombe para la industria petrolera de EEUU.
Recuerdan que hace cerca de dos meses, o menos, el gobierno estadounidense decretaba nuevas sanciones contra empresas de Rusia, y muy especialmente contra la petrolera rusa Rosneft. Más específicamente fue el día 18 de febrero cuando impuso las sanciones contra la petrolera rusa argumentando que esta violaba el embargo petrolero contra Venezuela decretado por Washington al servir de intermediario para la venta del crudo venezolano.
En este sentido hay que destacar que sin bien EE.UU. impone sanciones contra Venezuela, en realidad estas sanciones son unilaterales y no avaladas por ninguna autoridad internacional, como la ONU. De esta manera ningún país está obligado a respetar dichas sanciones ilegales impuestas por Washington contra Venezuela. Además, Rusia es un aliado y socio comercial del país latinoamericano de tal manera que lo que diga EEUU les viene valiendo sombrilla.
De esta manera, estas sanciones ilegales e imperialistas impuestas por EEUU contra la mayor empresa petrolera de Rusia han ameritado una acción de represalia. ¿Y cuál es esa represalia? pues esa, acabar con toda la industria petrolera estadounidense y de paso con su economía. Y esta es la principal razón del desplome del precio del petróleo a nivel internacional.
Esto ha sido posible, en primer lugar, por la crisis económica desatada por la nueva pandemia, crisis que ha reducido drásticamente la demanda de petróleo y, por otro lado, tenemos la guerra comercial de precios desatada por Arabia Saudita.
Esta guerra de precios se da como resultado de un desacuerdo entre Rusia y la OPEP para reducir la producción petrolera para así mantener altos los precios del petróleo. ¿Y por qué Rusia no aceptó el acuerdo que le proponía la OPEP? pues muy fácil, porque a Rusia le conviene que por el momento los precios internacionales del petróleo se mantengan bajos para así propinarle un golpe mortal a la industria del fracking estadounidense y, eventualmente, terminar con todos ellos.
En realidad yo creo que Rusia y Arabia Saudita solo fingen estar en una guerra de precios para de esa manera acabar con la industria petrolera estadounidense.
No olvidemos que no es la primera vez que Arabia Saudita baja artificialmente los precios del petróleo para de esa manera golpear a EEUU precisamente con el objetivo de dañar a la industria del fracking norteamericana.
Y es que, el método para extraer petróleo a través de la fracturación hidráulica, lo que se conoce más como fracking, es un método demasiado costoso y solo es rentable si el precio del barril de crudo se mantiene por arriba de los 40 dólares, de otra manera solo representa pérdidas.
Además, la industria del fracking es muy dañina para el medio ambiente, pues utiliza enormes cantidades de agua, así como muchos productos químicos tóxicos, para lograr romper la roca y de esa manera extraer el petróleo escondido en su interior. Por otro lado, se ha comprobado que la fracturación hidráulica también genera sismos en, o cerca de, la región donde se realiza.
Por otro lado, la fracturación hidráulica también contamina los lechos subterráneos de agua potable con muchas sustancias toxicas, muchas de ellas cancerígenas.
De esta manera, al caer los precios internacionales del petróleo por debajo de los 30 dólares, como actualmente sucede, les está generando pérdidas a la industria petrolera estadounidense de 10 dólares por barril de crudo producido.
De esta forma se entiende que esta industria no puede sobrevivir por mucho tiempo si es que los precios del petróleo continúan manteniéndose a esos niveles, o a niveles aún más bajos.
Así, ésta es la venganza rusa por estas sanciones ilegales e imperialistas de EEUU contra sus empresas y contra las de sus socios comerciales, tal como es el caso de Venezuela e Irán.
También debemos de considerar que si la industria del fracking cae, con ella caerán muchos grandes bancos estadounidenses, así como importantes fondos de pensión, tal como BlackRock, que en realidad ambos son la misma cosa; es decir, los mismos accionistas de BlackRock son los mismos accionistas de los grandes bancos de Wall Street, tal como el Goldman Sachs y el JP Morgan Chase; además, también son los dueños de la Reserva Federal estadounidense. Así que si caen ellos, habrá caído todo el sistema financiero norteamericano, imperialista y depredador.
Ya se oyen voces que piden al gobierno estadounidense que emita nueva moneda, pero moneda respaldada por el mismo gobierno, es decir, por el tesoro estadounidense, y ya no por la Reserva Federal, tal como lo intentó John F. Kennedy, situación que le costó la vida.
Además, si cae la industria petrolera de la fracturación hidráulica también se le estaría haciendo un favor al planeta e, indirectamente, a los estadounidenses.
Rusia puede aguantar por casi 10 años precios del petróleo tan bajos, pues para ello ha creado un fondo de cobertura para tal situación, pero la industria del fracking no puede por que actualmente, y ya desde hace años, están operando en números rojos, solo que el dinero gratis que les da la Fed los ha mantenido con vida. Además, Rusia no tiene prácticamente deuda pública, mientras que EE.UU. mantiene una deuda astronómica, deuda que actualmente ya supera los treinta trillones de dolares.
Asimismo, si cae la industria petrolera de EEUU, entonces Rusia, y otros productores mundiales de crudo, ocuparán su lugar, con lo que obtendrán mayores ganancias luego que la industria petrolera de EEUU haya desaparecido.
Jaque mate como dirían por ahí.
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