Uno de estos políticos es el líder del Partido Liberal Demócrata ruso (LDPR, por sus siglas en inglés), Vladimir Zhirinovski, quien ha dicho que EE.UU. cuenta con varios laboratorios secretos cerca de China y Rusia, incluidos en Georgia, Kazajistán y Ucrania, uno de cuyos productos fue la gripe porcina H1N1, según recogieron el viernes los medios locales en un informe respecto al brote del virus.
Zhirinovski también ha señalado que los estadounidenses desde hace 20 años intentaban crear un arma biológica contra los rusos, sin embargo, no tuvieron éxito y lo hicieron contra los chinos, ya que, desde el punto de vista económico, el gigante asiático es invencible.
China tiene armas atómicas y no se puede entrar en una guerra con este país, ha indicado para luego agregar que tampoco se puede hacer fracasar a Pekín mediante algo como la revolución naranja —que consistió en una serie de protestas y acontecimientos políticos que tuvieron lugar en Ucrania, desde finales de noviembre de 2004 hasta enero de 2005—.
Por lo tanto, ha sostenido Zhirinovski, los estadounidenses eligieron la tercera opción, que es la creación y la propagación del virus.
A su vez, Igor Nikulin, el biólogo ruso y exmiembro de la Comisión de Armas Químicas y Biológicas de las Naciones Unidas, ha dicho que el virus es el arma biológica de Washington para utilizarse contra sus enemigos, es decir China e Irán.
Nikulin dijo que COVID-19 es el cuarto brote de virus en China durante los últimos 20 años y eso no es accidental sino un plan diseñado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó el miércoles que, tras el aumento de casos de contagio del COVID-19, el brote ha pasado a calificarse de “pandemia”.
El nuevo virus ya ha dejado más de 145000 casos de contagio en más de un centenar de países del mundo, la inmensa mayoría (cerca de 81000) en China —epicentro de la epidemia— donde se han registrado 3189 muertes por esta causa. La cifra global de decesos supera los 5400.
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